domingo, marzo 23, 2014

HER, PSICOANÁLISIS Y MÍSTICA


El prehumano se irguió y se hizo bípedo. Las manos quedaron liberadas y el olfato pasó a ser un sentido secundario a favor de la vista. Las manos y el cerebro olfativo (el sistema límbico) adquirieron entonces funciones inusitadas. Las manos se convirtieron en precisos instrumentos y el sistema límbico en un recipiente de emociones y sentimientos complejos del que carecen los otros mamíferos. Dos rasgos evolutivos que, junto al desarrollo del lenguaje y la aparición de la conciencia, nos hicieron más que humanos: personas. ¿Un error de la naturaleza o un don que nos perfecciona? Dejemos la disyuntiva para los optimistas o pesimistas metafísicos. Argumentos hay para defender las dos posturas.


sábado, marzo 22, 2014

EDUCACIÓN OBLIGATORIA O DERECHO A LA ENSEÑANZA


Educación (instrucción básica y socialización) y enseñanza (aprender y conocer el mundo), son cosas distintas. El pecado original de nuestro "sistema educativo" es identificar educación con enseñanza; y de paso, confundir obligación y derecho. 
Hoy por hoy el estado ofrece un colegio-instituto donde se pretende impartir educación-enseñanza hasta los 16 años (de facto casi hasta los 18), y lo ofrece como obligación. A esta obligación se la suele llamar derecho a la enseñanza. No nos engañemos, esto es imposible: Ni es enseñanza ni es derecho. La verdadera enseñanza presupone ya unos mínimos educativos y no puede ser obligatoria. Resultado: hoy tenemos solo colegios (llamados colegios o institutos, tanto da) donde se recibe a duras penas educación (léase socialización). La enseñanza es allí excepción, y no porque muchos profesores, que todavía no saben que de hecho no lo son, no intenten impartirla.  El derecho a estudiar disminuye en la misma medida que aumenta el tiempo que dura la obligación a ser educados.

viernes, marzo 07, 2014

BUDISMO E INMORTALIDAD

            
True Schopenhauer por jesuspalomar

El budismo nos promete la nada, la aniquilación. El verdadero infierno es existir, y la conciencia de ser no hace más que acentuar el dolor. ¿Cómo eliminar el sufrimiento? Dejando de vivir; pero esto no es tan fácil. La muerte es un intento de cese, pero a menudo somos tan torpes que volvemos a encarnarnos en otra vida en virtud del inexorable karma. Así, tras escapar mareados de la noria, nos encontramos en la montaña rusa. El budismo nos da, pues, un programa adecuado para romper con el ciclo infernal de reencarnaciones y poco a poco aprender a prescindir de la existencia.