jueves, enero 09, 2014

LA POLÍTICA DE PLATÓN (VIDEO)


INTRODUCCIÓN

La política de Platón nos propone la primera utopía occidental. La utopía es una forma de organización social y política que debido a la perfección teórica que supone y a los presupuestos sobre la naturaleza humana de los que parte resulta imposible o muy difícil de realizar. La palabra utopía es de origen griego y etimológicamente nos remite a un no-lugar (u-topos), algo que no se da en la realidad. No obstante, Platón no designa  a su organización política como utopía. La palabra utopía es un neologismo utilizado por primera vez por el renacentista Tomás Moro en su obra Utopía donde describe, precisamente, una sociedad ideal. Generalmente utopía es una palabra que tiende a valorarse en un sentido positivo. Es decir, la utopía sería siempre algo justo, bueno y deseable. No obstante, muchos politólogos y filósofos nos han puesto sobre aviso de los peligros de algunas utopías aparentemente perfectas y sin embargo provocadoras de grandes males. Karl Popper, filósofo austríaco del siglo XX, es el más crítico en este sentido. Precisamente por esta controversia (por otro lado prácticamente inevitable en las cuestiones políticas) se suelen utilizar otras dos palabras que vienen a dar valor a la palabra utopía que aparecería así como aséptica o neutra: distopía y eutopía. Designar como distopía a una utopía política significa que nos parece injusta y por ende no deseable bien por sí misma o bien por las inevitables consecuencias que de ella se derivan. Si la designamos como eutopía, la consideramos justa, deseable y buena. Así pues, una misma utopía será valorada como distopía por unos y eutopía por otros.

LA ARISTOCRACIA PLATÓNICA
Toda actividad humana más o menos compleja implica un conocimiento previo, una cierta sabiduría. No todos los hombres están capacitados ni son aptos para hacer según qué cosas. Si se me estropea el televisor no dejo que cualquiera intente arreglarlo. Me aseguraré de que el hombre que lo intente arreglar sepa como funcionan los televisores. Si me quiero hacer un traje tampoco dejo esta tarea a cualquiera. Me aseguraré de que la persona en cuestión sepa lo suficiente para desempeñar su trabajo. Es evidente que los más aptos para arreglar televisores o hacer trajes son los que saben de televisores y trajes. Son por tanto ellos los que, en puridad, deben ejercer sus respectivas actividades. Para Platón el gobierno de un Estado es una tarea complicada; más que arreglar televisores o diseñar trajes. El gobernante debe diseñar leyes justas y administrarlas con justicia. El conocimiento de lo que está bien o mal, de lo que es justo o injusto, no es un conocimiento fácilmente asequible. Si no investigamos, si no estudiamos y nos esforzamos, nuestros conocimientos de la justicia, el bien, etc., serán muy rudimentarios. Así pues, no todos los hombres están igualmente capacitados para gobernar un Estado. Los más capacitados para esta tarea son los que se han pasado la mayor parte de sus vidas intentando saber: los filósofos. Los filósofos, si de verdad han realizado correctamente su camino de conocimiento, han llegado a conocer la Justicia en sí y el Bien en sí. Los filósofos son, por tanto, los que más saben de los conceptos éticos y políticos necesarios para gobernar un Estado; son pues los más aptos o capacitados para la tarea de gobierno. En virtud de esta consideración la política de Platón es una aristocracia o gobierno de los más capacitados.